Al momento de llegar a las tres décadas de edad, muchas cosas comienzan a cambiar, y tendrás que hacer lo mismo con algunos de tus hábitos y acciones. Las consecuencias de seguir actuando como si tuvieras los 20, comenzarán a afectar tanto a tu economía, como a tu salud.
Bajale a la fiesta: No es por ser aguafiestas, pero tu cuerpo por su cuenta te hará saber que las fiestas ya no son tan divertidas como antes. El cansancio es mayor, además que a tu economía ya no le hará tanta gracia.
Hacer a un lado el ejercicio: Antes no había tanto problema con alimentarse seguido de comida chatarra y cerveza, pero con el paso del tiempo algunos de estos alimentos se transforman en “reservas”, formando la clásica panza.
Posponer tus metas: Seguro que varias metas que tenías hace años se han cumplido, pero algunas otras que has dejado cada vez se ven menos posible, si no comienzas a actuar. Cada vez que el tiempo pasa más rápido.
No más desveladas: Como se mencionó con anterioridad, tu cuerpo siente que los años han pasado y se necesitará de más descanso. Los hombres utilizan más energía física durante el día, por lo que se recomienda un descanso de 7 horas.
Quejarse de todo: Si estás en constante queja por muchas cosas, es porque no te ocupas de las mismas. Comienza a actuar para generar ese cambio que creas necesitar.
Evita ser aburrido: Esta actitud debería estar prohibida en cualquier edad, ya que afecta al estado de ánimo y baja energía. Puedes probar con el ejercicio como fuente de endorfinas; salte y haz cosas nuevas.
Preocupate por tu salud: La actividad física te mantendrá en forma, sintiéndote más joven, pero recuerda la necesidad de una buena alimentación; quizá la comida chatarra comience a tener otro efecto a esta edad.
Disfruta tu vida: Quizá en algún momento sientas que no eres feliz, olvidate de eso y comienza a ver las cosas buenas, disfruta tu día para comenzar a hacer que las cosas valgan.
No tanto tiempo en las Redes Sociales: Allá fuera hay cosas increíbles que esperan ser vividas, es fácil perder la noción del tiempo navegando en tus redes, pero trata de estar lo menos posible.
Despreocupate de lo que digan los demás: Cuando eras joven y con una personalidad aún no definida en su totalidad, era normal que te afectara lo que los demás decían sobre ti. Pero ahora ya no hay porque darle el gusto a personas que no se lo merecen, comienza a hacer las cosas a tu placer.